Un musical con el sello de esta dupla pero muy mejorado en cuanto a vestuario. Durante toda la obra no hay escenografía y todos los ambientes son creados por un juego de luces realmente muy bueno.
El grupo de bailarines y bailarinas me pareció con una exactitud no muchas veces vista. Las voces impecables.
La obra dura 2:40 horas y tiene un intervalo de 10 minutos, pero a no asustarse porque no se hace para nada larga, porque está muy bien contada toda la historia, y a diferencia del último musical de Cibrián, Otelo, que a mi mucho no me gustó, este musical es muy dinámico y entretenido.
Los protagonistas son Juan Rodó, Georgina Frere y una mención especial merece Claudia Lapacó, que se luce con sus actuaciones y su canto, y no deja de sorprender con cada mínimo detalle de su cara y sus expresiones.
Las mil y una noches es una reposición que hace esta dupla después de varios años y enriquece la oferta de la cartelera porteña.
Un dato: la marquesina es la más grande de la Calle Corrientes y pertenece al teatro El Nacional.
Quedan pocas semanas en cartelera de este musical asi que a quienes les guste el género les recomiendo no dejar pasar la oportunidad.
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