Recién vuelvo de ver El Conventillo de la Paloma en el teatro Cervantes.
Fui sin saber de qué trataba la obra, solo sabía que era un sainete criollo, cosa que tampoco me ayudaba mucho con lo que iba a ver.
Me encontré con una obra muy divertida, con unas actuaciones excelentes y con una puesta en escena sencilla pero correcta.
La historia transcurre en un conventillo porteño al cual llega Paloma y provoca una revolución entre los habitantes.
El Conventillo de la Paloma se estrenó por primera vez en 1929, hace 81 años, y según dicen los entendidos se transformó en uno de los sainetes preferidos del público. Evidentemente es cierto, porque la sala Maria Guerrero del teatro Cervantes estaba con localidades agotadas y tiene una capacidad para 860 personas. Un éxito del cual mucho no se escucha pero que es una realidad. De hecho cuesta encontrar buenas ubicaciones porque se agotan apenas se ponen a la venta.
Los actores son reconocidos y se merecen el aplauso final de pie, son casi 30 actores en escena, y los protagonistas son Claudio García Satur, Ana María Cores, Daniel Miglioranza, Horacio Peña, Arturo Bonín, Ingrid Pelicori, Irene Almus, Rita Terranova, Norberto Diaz y Juan Carlos Copes, por nombrar a alguno de ellos.
Una oportunidad para descubrir un teatro que yo nunca había visto y que recomiendo con ganas.
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