Crítica: Stravaganza

Stravaganza es realmente un muy buen show. Se vive un clima especial desde el momento de ingreso a la sala, en donde el público es recibido por unos personajes especiales y muy divertidos, que comienzan a interactuar desde el comienzo. Las acomodadoras del Teatro Broadway están vestidas como si fueran azafatas. El hall del teatro tiene merchandising de Stravaganza y hasta se puede comprar el balde de pochoclos con los artistas de la obra.

El show comienza bien arriba, con buena música y unas primeras zambullidas de Flavio Mendoza a quien el público recibe con mucho afecto y aplausos. El escenario se va colmando de artistas muy talentosos.

 

Stravaganza es una secuencia de cuadros musicales, acrobacias, sketchs cómicos y música en vivo, muy bien compaginados. El show es muy ágil, entretenido y muy vistoso. La producción es de Diwan y da gusto ver tanta inversión en un escenario. La entrada a Stravaganza es cara pero vale la pena pagarla. Me gustó mucho la actuación de Maxi de la Cruz, quien actúa de anfitrión y cómico con mucha naturalidad. Un punto fuerte del show.

 

Cinthia Fernández y Noelia Pompa se lucen sobre el escenario, y Flavio Mendoza está en su salsa, y se lo nota feliz con lo está haciendo, y creo que ahí está la esencia de este éxito.

 

Sólo cambiaría dos cosas de Stravaganza: uno de los mónologos de Maxi de la Cruz, y el sketch multimedia de interacción con una pantalla, porque ya los había visto con otros cómicos en una revista de Miguel Angel Cherutti hace un par de temporadas atrás.

 

El vestuario es muy vistoso, de buena calidad y da nivel al gran show que es Stravaganza. Las coreografías son excelentes, y hay tanto despliegue de talento junto en el escenario, que a veces uno no sabe a quien mirar o seguir. Stravaganza es un show completo donde se siente la fuerza del agua. Se los recomiendo. Se presenta de miércoles a domingos en el Teatro Broadway (Av. Corrientes 1155).