jueves, 30 de mayo de 2013

Crítica: Final de partida

Alfredo Alcón y Joaquín Furriel protagonizan la obra Final de Partida de Samuel Beckett, obra que fue estrenada en Londres en 1957.


La obra transcurre en un espacio gris, asfixiante y deshabitado, en un contexto que no está claro ni en fecha ni en lugar. Estos dos personajes están solos, se necesitan, se odian, se complementan. Podrían ser padre e hijo, amo y esclavo, o quizás dos realidades de una misma persona. En la obra no se establece claramente el vínculo entre ellos, cada espectador saca sus propias conclusiones.
 
El elenco se completa con Graciela Araujo y Roberto Castro, quienes interpretan a los padres del personaje de Alfredo Alcón y que viven dentro de unos tachos de basura.
 
La puesta en escena es simple, con una escenografía básica y sin efectos de luces ni de sonido que atrapen. Las actuaciones son buenas y Joaquín Furriel se sigue consolidando como un gran actor de teatro que supo dejar su rol de galán para lucirse en obras teatrales con textos complejos.

Final de Partida está funcionando muy bien en boletería pero no se conocen cifras oficiales de cantidad de espectadores por presentarse en un teatro no comercial.
 
Final de Partida
Teatro San Martín (Av. Corrientes 1530)
Funciones: miércoles a domingos
Entradas: $90

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