lunes, 3 de abril de 2017

CRÍTICA: UNA GATA SOBRE UN TEJADO DE ZINC CALIENTE

De paseo por Madrid aprovechamos para ver la obra Una gata sobre un tejado de zinc caliente, de Tennessee Williams, que se está presentando en el teatro Reina Victoria con los protagónicos de Juan Diego, Eloy Azorín y Begoña Maestre.


Esta obra, estrenada allá por el 1955 en Broadway, es un clásico del teatro y la obra favorita de su autor. Una gata sobre un tejado de zinc caliente es un drama familiar que expone temas como la codicia, la superficialidad, la decadencia del ser humano, la sexualidad y la muerte. Es una obra intensa cuyo final es para reflexionar.

Las actuaciones de la puesta en Madrid son muy buenas de todo el elenco en general, pero tiene un gran destaque Ana Marzoa, quien si bien no es la protagonista, tiene una presencia escénica que hace que el espectador compre todo lo que ella dice con su interpretación. Es una actriz de esas que te hace reír en medio de un drama, y a su vez transmite la intensidad del texto con una naturalidad magnética.

Nos fuimos muy contentos de este teatro madrileño, por la historia, por las actuaciones y por el desafío que representa mantener atrapado al espectador durante casi dos horas en un drama semejante.


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