Jauría, es una obra cruda y tristemente actual, que está basada en hechos reales ocurridos en España durante la celebración de la Fiesta de San Fermín en el año 2016. En esa ocasión 5 amigos varones, autodenominados "la manada", violaron a una chica, y esta obra, enmarcada dentro de lo que se conoce como teatro documental, narra lo sucedido desde la visión de los cinco varones, y los testimonios de la víctima.
Lo fuerte de ir a ver esta obra, es que el texto no tiene agregados para teatralizarla, sino que son las declaraciones reales de todos los involucrados, las cuales que se fueron tomando durante el juicio que se llevó a cabo en España, durante el 2017 y 2019.
La obra es tremendamente cruda porque permite al espectador entrar en las mentes de la víctima y de los victimarios. Si bien los hechos se describen y se entiende claramente lo que sucede, no hay golpes bajos, ni aún mas dramáticos de lo que por sí ya son.
La obra es un drama fuerte, pero está tan bien actuada y planteada, que consideramos que todos deberían verla en esta temporada.
Es terrible ponerse en el lugar de la víctima, y ver cómo durante el juicio se la vuelve a re-victimizar. Lo positivo, aunque de a poco, es que algunas cosas van cambiando en la justicia y en las sociedades, y esta violación que se plantea en Jauría, marcó un antes y un después, y logró algunos cambios, tanto en la gente como en los organismos judiciales.
Jauría es una obra real, que puede herir, incluso incomodar y perturbar a muchos, pero es necesaria para seguir tomando conciencia de los hechos que se siguen repitiendo día a día.
La puesta en escena es sencilla, pero muy inteligentemente diseñada. El foco está en el contenido del texto, y lo poco que se expone en escena (apenas unas luces, unos cubículos y unos bancos), creemos que está hecho a propósito para no distraer al espectador visualmente, y que pueda conectar con el contundente texto que se plantea.
Otro elemento muy bien usado, es el de hacer que cada actor interprete dos personajes, los hombres se ponen en la piel de los violadores, y de los abogados que interpelan a la víctima durante el juicio, y Vanesa González, la única mujer en escena, interpreta a la chica violada, y a su vez a la fiscal que la defiende en el juicio.
La gran protagonista es Vanesa González, quien con una excelente interpretación, sin sobre-actuaciones, sino todo lo contrario, utiliza un tono de voz casi monótono, cuando está en la piel de la chica violada, recurso que hace que el espectador pueda entender su postura ante este brutal hecho.
El elenco lo completan Martín Slipak, Gastón Cocchiarale, Julián Ponce Campos, Lucas Crespi y Gustavo Pardi.
La dirección de Nelson Valente es realmente impecable, desde las pausas, los silencios, la distribución de los actores en escena, hasta la interpretación del texto. Gracias a su trabajo, logró sacar lo mejor de cada artista, y eso se traduce en el resultado en el escenario.
Jauría, de Jordi Casanovas, es una muestra de cuán importante es el teatro para ayudar a difundir hechos tan aberrantes como lo es una violación, y su aporte para cambiar una cultura que aún necesita evolucionar.
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