CRÍTICA: CONSENTIMIENTO

Celebramos y agradecemos la llegada de "Consentimiento" a la cartelera porteña. Consentimiento es una obra de Nina Raine, considerada una de las obras mas controvertidas e inquietantes del teatro inglés. Fue un éxito en Londres, y ahora tenemos la gran oportunidad de verla en Argentina.

Consentimiento es una obra que arranca con una reunión de amigos, y entre risas y chicanas laborales empiezan a exponer un caso judicial en el cual algunos de ellos están involucrados debido a sus profesiones. El caso en el cual se empieza a ahondar es el de una violación, y de repente el texto de la obra escala a unos niveles de profundidad emocional y jurídica que es fascinante lo que se experimenta como espectador. 

La obra está muy bien escrita, y navega por temas que incomodan pero hacen pensar, temas que muchas veces preferimos callar como la moral, la ética, la justicia, las leyes, la igualdad de los derechos, el amor, los mandatos, la verdad y sobre todo el poder. Ahora, al escribir esta nota, nos sigue sorprendiendo el abanico de temas que se plantean en "Consentimiento", y uno sigue reflexionando y encontrando mas detalles con el pasar de los días. 

El elenco es fabuloso y está integrado por Diego Gentile, Mela Lenoir, Iride Mockert, Daniela Pantano, Bruno Pedicone, Alejandra Perlusky, y Sebastián Suñé. A muchos de ellos los habíamos visto en obras anteriores, a algunos en obras hiper comerciales y a otros en el teatro independiente, y realmente el equipo que arman en esta obra es una propuesta teatralmente perfecta, ellos no sólo se complementan sino que se potencian y cada uno lo hace con su estilo, lo que aporta un interesante atractivo extra.

A Mela Lenoir y a Ale Perlusky las vimos en tantos musicales (siempre con un nivel actoral sublime), que verlas en una obra pura de texto es nuevamente redescubrirlas y volverlas a admirar. Qué decir de Iride Mockert, que si tuvieron el privilegio de verla en Madre Coraje, van a volver a quedar con las palmas coloradas de tanto aplaudirla. Diego Gentile y Sebastián Suñé son la definición de lo que un buen actor es, y cuentan con ese don natural que hace que uno disfrute cada línea que interpretan. Nos encantó encontrar a Daniela Pantano en este elencazo, dueña de un carisma único, que se pone en la piel de una aspirante a actriz que fluctúa entre la comicidad y lo dramático con gran destreza. Por último dejamos a Bruno Pedicone a quien, si bien lo habíamos visto ser parte de elencos en otras obras, en Consentimiento tiene un protagónico impresionante. Su personaje crece, escala, se desmorona y se rearma con una veracidad que es realmente un acierto el haberlo elegido para ese papel.

La dirección es compartida entre Carla Calabrese y Mela Lenoir. Carla tiene una habilidad para dirigir artistas que siempre logra que todos se destaquen y que cualquier historia fluya sin fisuras. Es una gran directora y su rol, junto con el de Mela, es clave para lograr la perfección que se ve en esta propuesta teatral. De Mela Lenoir ya no sólo tenemos que esperar perfección sobre el escenario, creemos que la veremos dirigiendo muchas obras mas, porque cuidó detalles de iluminación, sonido y puesta en escena que son destacables y hablan de su talento también como directora. En la asistencia de dirección y swing también encontramos a Marina Lamarca, y la queremos mencionar, porque el rol de swing en una obra (aquellos que son reemplazos de varios personajes), es de los mas stressantes y quizás menos visibles ante el espectador, pero con un valor artístico tan importante, que sin ellos, una función podría llegar a suspenderse.  

Y hablando de la puesta en escena, la escenografía tiene un rol con muy bajo perfil pero con un simbolismo enorme. Todos los elementos (sillas, sillones, muebles, etc.) son de cartón, y cada espectador podrá interpretar esta elección como quiera, quizás pase imperceptible para algunos, pero a nosotros nos aportó mucho, nos hizo reflexionar sobre las vidas acartonadas en las que vivimos, sobre lo sólido que puede ser el cartón pero en cuanto se moja, o con el mismo paso del tiempo, se desarma y todo lo que tiene arriba se desmorona y queda sin sustento. Cuando vayan a ver la obra, presten atención a este detalle que es tan sutil como potente. 

Perdón que se hizo tan larga esta review, pero esta obra lo merece, y queremos hacer una mención especial a Carla Calabrese y a The Stage Company por traer estos títulos que son muy jugados, y que no van por lo seguro como podría ser una comedia ya probada en el extranjero. Nosotros valoramos mucho estas decisiones, es un lujo haber tenido por ejemplo El curioso incidente del perro a medianoche, Come From Away o Shrek, con la magnitud de producción con las que se hicieron, y la llegada de Consentimiento vuelve a hacer un aporte cultural gigante. La obra inquieta, incomoda, pero tiene un mix con toques de comedia, que en el momento en que se está revolviendo el estómago por situaciones tristemente actuales, se intercala un texto divertido y de repente se descomprime toda la situación y la historia sigue avanzando.

La obra tiene un intervalo, y en el segundo acto el ritmo de la obra pasa a nivel montaña rusa, emociones, impotencia, risas, bronca, reflexiones, y de repente llega el final, y el teatro estalla de pie aplaudiendo a un grupo de artistas y técnicos que honraron al público con una obra que todos tendrían que ver, y que nosotros recomendamos con total convicción.

Consentimiento se presenta los días sábados y domingos en el Teatro Maipo (Esmeralda 443, CABA). Las entradas las podes comprar en el teatro o en la web PLATEANET. No se la pierdan.