CRÍTICA: SHAMROCK

Sucede (y por suerte cada vez mas seguido), que aparecen estas joyas teatrales que no hay que dejarlas pasar porque son de esos gustos que hay que darse. La obra se llama SHAMROCK, es de la autora Brenda Howlin, está dirigida por Nano Zyssholtz e interpretada por un elenco que tiene que salir a saludar varias veces porque la gente no se va de la sala y sigue aplaudiendo por un buen rato.

Shamrock cuenta una historia que une a Irlanda con Argentina, es una comedia narrada en verso que habla de los inmigrantes y que también nos presenta a mujeres que no están dispuestas a aceptar los mandatos, que quieren romper moldes y que se cuestionan posturas en lugar de aceptarlas. Todo esto con un ritmo que es una vorágine, que intercala la comedia con el clown y la magia, que combina el pasado con el presente y con un elenco que no se lo pueden imaginar, ellos son: Gaby Paez, Justina Grande, Pablo Kusnetzoff y Caro Setton. Cada uno con su destreza actoral que lo caracteriza, jugando mucho con el teatro físico, se destacan escena tras escena, y cuando uno piensa que ya no lo pueden sorprender, lo vuelven a hacer. Son la excelencia.

La musicalización (música celta) merece una mención especial, porque cuando los actores ya se fueron del escenario, el público abandona la sala aplaudiendo al ritmo de la música que todavía sigue sonando. Al menos eso pasó en la función que estuvimos nosotros y no es algo común de ver. 

Esta obra es imperdible. Nos la habían recomendado, fuimos con muchas expectativas y salimos sorprendidos por esta experiencia que la podemos definir como una fiesta teatral. No queremos ser reiterativos pero lo mejor que podemos decir es que vayan a ver esta obra y que no se la pierdan. Pero apúrense a comprar la entrada porque se agotan todas las localidades. Las funciones son en el Beckett Teatro (Guardia Vieja 3556, CABA) los viernes a las 20.30hs. Las entradas se consiguen por Alternativa Teatral: https://www.alternativateatral.com/obra65196-shamrock