CRÍTICA: POTENCIA GUTIÉRREZ

Potencia Gutiérrez cuenta un trozo de la vida de una bastonera campeona con deseos de tener su propia escuela de baile y su hermana rapera que sueña con cambiar el mundo. La obra plantea la historia de dos hermanas con objetivos de vida diferentes, pero con el amor de familia que las une, ante una madre que las crio como pudo en un contexto de sumisión y machismo absoluto. La obra se sitúa en la provincia de Corrientes durante el carnaval.

Las protagonistas son Miranda de la Serna, Maite Rodríguez Chietino y Viviana Saccone, las tres con muy logradas y convincentes interpretaciones.

El elenco lo completan Emiliano Figueredo, Bel Gatti, Agustín Rittano y Alfredo Staffolani. También se lucen en escena las artistas que conforman la murga que abre la obra, que colabora en la transición de escenas y que cierra la historia. 

La dramaturgia y la dirección son de Maruja Bustamante, quien en las dos horas que dura la obra, plantea un abanico enorme de temas como el patriarcado, la sumisión, los sueños, el amor, el cambiar el destino, la inclusión, la ecología, las ideologías, el compromiso social, la política, la corrupción, las drogas, el futuro y varios temas más que se intercalan en el transcurso de la obra.

El diseño de vestuario, la escenografía, el sonido y la iluminación merecen ser destacados porque son realmente muy buenos.

La historia de Potencia Gutiérrez es buena y el planteo del texto es interesante, pero la duración que le dieron a la obra, y la repetición de diálogos, hacen que las dos horas sean por momentos difíciles de transitar. 

Las funciones son de jueves a domingo a las 21h en el Teatro Cervantes (Libertad 815, CABA). Las entradas se consiguen en Alternativa Teatral con precios super accesibles.