Leia es una mujer como tantas otras: madre, esposa, amante; de profesión actriz. Ensaya una obra basada en el mito griego de Deméter y Perséfone (madre e hija) y es a partir de allí, de la preparación de este último personaje, donde comienzan sus reflexiones, cuestionamientos y dudas.
Un olvido trae un recuerdo, un recuerdo una verdad. Pero es verdad esa verdad? Leia olvida y recuerda y se pregunta, encontrando respuestas que se vuelven preguntas sobre su vida y las vidas que le dieron vida.
La mujer se descubre ante la actriz indagando en su propia historia, recorriendo escolaridades, mandatos, expectativas y desilusiones, maternidades y obsesiones. Revisitando tiempos y lugares que la habilitan a nuevas miradas, a otras respuestas posibles a antiguas preguntas de su vida. Un recorrido a través del cual se va quitando capas para descubrirse y sorprenderse en ese encuentro con “ella misma” que la conmociona y transforma.
La obra se desencadena hacia un relato vertiginoso que impulsa a nuestra protagonista a un viaje in crescendo donde la emoción, el humor, el baile y la música se tornan compañeros ineludibles.
No estaba preparada “nos prepara” para sumergirnos en una historia conmovedora, identificable, de una simpleza profunda que expresa -a través de la voz de su protagonista- anhelos, frustraciones, desarraigos, deseos reencontrados.
Leia nos convoca e invita a ser parte de su mundo, un mundo del cual podríamos ser -también- protagonistas.
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