CRÍTICA: GWEN

Cuando el teatro va mas allá de pasar un buen momento, cuando te da a conocer personajes que fueron tan significativos en el mundo cinematográfico y teatral, cuando te invita a querer conocer mas sobre un artista, y cuando te encontrás con tanto talento en escena, es cuando se siente que la misión de un espectáculo está cumplida y eso pasa en GWEN.

Gwen Verdon fue una bailarina estadounidense que se destacó por su talento tanto en cine como en teatro, que brilló en Hollywood y en Broadway, diseñó coreografías que bailaron Marilyn Monroe y Rita Hayworth, se casó con Bob Fosse, fue ganadora de varios premios Tony y fue la primera actriz que interpretó a Roxie Hart en Chicago. 

Gwen es una creación del talentoso Juan Martín Delgado (autor de La Desgracia) y está interpretada por un elenco fabuloso (la precisión con la que ejecutan cada coreo es asombrosa). Destacamos a Romina Fos, Virginia Kaufmann y Milagros Llanos que interpretan a Gwen en diferentes momentos de su vida, y a Yerar Pérez que en la piel de Bob Fosse hace unos cuadros excelentes. 

Gwen es una historia contada a través de la danza y del movimiento, y es una gran metáfora de la vida de esta artista que todo lo expresó a través de su arte, pero sobre el final de la obra hay un único parlamento, ejecutado por una de las versiones de Gwen, con una carga emotiva, sanadora y liberadora de esta artista, que nos hizo pensar que ojalá algún familiar de Gwen Verdon se enterara que existe en la Argentina una obra homenaje a ella, que la reivindica y la ubica en el lugar que se merece. 

El final de la obra es inmejorable, con todo el grupo de artistas bailando al ritmo de una canción del musical Chicago, y con un teatro brindando una merecida ovación y aplausos de pie. Este espectáculo es imperdible para todo aquel que ame la danza y quiera dejarse llevar a través de canciones y bailes que marcaron una época. Las presentaciones son en el Paseo La Plaza (Av. Corrientes 1660, CABA). No se la pierdan.