martes, 3 de diciembre de 2024

CRÍTICA: EL TRÁGICO REINADO DE EDUARDO II

El poder y el amor pueden potenciarse o resultar en una tragedia. El caso de Eduardo II sin dudas lo llevó por caminos no deseados, y más cuando en el siglo XIV se expuso el amor homosexual entre un rey y su favorito. 

Cuenta la historia que el reinado de Eduardo II en Inglaterra fue un fracaso, y que terminó en tragedia debido a la cercana y controvertida amistad entre Eduardo II y Gaveston. Eduardo II estaba casado con Isabel de Francia con quien tuvo un hijo, pero esto no impidió que lleve a su reino a su amante y le diera cargos reales. Esto no fue aceptado por sus pares, lo que derivó en una trágica historia llena de odios, venganzas, ambiciones y conspiraciones. 

La obra fue escrita por el dramaturgo inglés Christopher Marlowe en el siglo XVI, quien se animó (dada la época) a plasmar en un texto una historia sobre la homosexualidad como el centro de la escena. 

La versión de Carlos Gamerro, Oria Puppo y Alejandro Tantanián que se está presentando en el San Martín es fabulosa. Mezcla lo sombrío de la época, con una puesta moderna y disruptiva que vale la pena ir a ver. La música y la puesta en escena son geniales, desde la escenografía, las coreografías, el diseño de luces y el vestuario, hasta la misma historia que arranca muy arriba (símil a una fiesta Plop) y que se va sumergiendo en un mundo de traiciones y muertes. 

Las interpretaciones de todo el elenco son muy buenas, destacando las de Agustín Pardella (componiendo a un poderoso y frágil Eduardo II), Eddy García (es excelente todo lo que hace y transmite en la piel de Gaveston), Patricio Aramburu (interpretando al ambicioso Mortimer) y Sofía Gala Castiglione (de quien nos encantó el estilo que impuso a su Reina Isabel). 

El nombre completo de la obra es eterno pero resume muy bien el argumento de la historia "El trágico reinado de Eduardo II, la triste muerte de su amado Gaveston, las intrigas de la Reina Isabel y el ascenso y caída del arrogante Mortimer". 

Esta obra nos sorprendió gratamente por el estilo que se le dio, principalmente por la adaptación que es hiper atractiva, por las interpretaciones, por la puesta y porque se trata de una reversión muy original de un texto oscuro y solemne. 

Quedan muy pocas funciones y les recomendamos que vayan a ver esta obra al Teatro San Martín (Av. Corrientes 1530, CABA). Las entradas tienen precios super accesibles. No se la pierdan. 

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